Al Alba, en plena montaña, un paseante se encontró un día con un pastor. Le preguntó:
- ¿Qué tiempo hará hoy?
Muy apacible, respondió el pastor:
- El tiempo que me gusta.
Impaciente por obtener una respuesta, el paseante siguió insistiendo:
-¿Y cuál es ese?
- No lo sé aún..., respondió el pastor divertido
- Pero, entonces, ¿cómo puede afirmar que será el tiempo que le gusta? replicó, con un punto de irritación, el paseante, de espíritu más bien cartesiano...
El pastor añadió:
- A lo largo de mi vida, me he dado cuenta de que no siempre puede tener lo que me gusta, así que he decidido que me guste lo que tengo. Esa es la razón por la que estoy seguro de que vamos a tener el tiempo que me gusta....
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