miércoles, 11 de julio de 2012

LA ALEGRÍA DE VIVIR


En un mundo cada vez más estresante, incierto y complejo, ¿es posible cultivar la alegría de vivir? A pesar de que todo adquiere un color grisáceo bajo un cielo casi siempre cubierto de malas noticias, ¿podríamos resplandecer de entusiasmo y ser portadores de un dinamismo fecundo sin por ello dejar de ser conscientes de la realidad que nos rodea?


La respuesta es SÍ
Vamos a explorar junt@s la alegría verdadera, la que perdura y no lleva en sí el germen oculto de sus contrarias (depresión - dejación - desolación). Esta alegría tan sutil surge del arte de localizar, saborear, cultivar y preservar la belleza de la vida, dentro de ti y en el exterior. 
La verdadera alegría hunde sus raíces en el coraje de tener sueños y de ser plenamente tú, se fortifica en la conciencia de ti y del momento presente, se desarrolla en la capacidad de maravillarte, de dar y de amar, de recibir y de dejarte amar, y ello respetándote y respetando lo que te rodea.
Cultivar la alegría es, ante todo, comprender que el entusiasmo más imperecedero tiene su fundamento en el ser. Es descubrir el poder liberador que aparece cuando se pasa del culto a los bienes materiales al de los vínculos: contigo y con los demás.
Para experimentar alegría a diario, hay que poner en barbecho nuestro consumismo consolador, a fin de desarrollar nuestra interioridad fecundadora
Para ello, ¡Pongámonos a cultivar nuestro jardín interior! Y aún cuando tengamos vidas hiperactivas, ralenticemos un poco nuestro ritmo, a fin de pasar del hacer al ser, y de cambiar la cantidad por la calidad...
En esta época en que el materialismo a ultranza amenaza la totalidad de nuestra especie y ha fracasado en su intento de hacer progresar al ser humano, cultivar la alegría de vivir se convierte en una apuesta social. Y sobre todo es en nosotr@s donde mejor se cultivan las semillas de la alegría.
¡Pero es un arte, un trabajo que se ha de realizar!
Se trata de aprender a entusiasmarse por lo que se es en vez de por lo que se tiene.
¡En marcha, pues! Y como todo lo que se lee, se olvida, y lo que se experimenta, se graba, coge la pala y el rastrillo y commienza por quitar las malas hierbas y arar tu terreno...


Cuaderno de ejercicios para cultivar la alegría de vivir (Anne van Stappen)

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