El Mindfulness es una herramienta sacada de la
meditación tradicional, que nos permite llevar los beneficios que
conseguimos "sentándonos a meditar", a la práctica de nuestra vida diaria,
tomándonos unos momentos para respirar, para ver lo que realmente está sucediendo.
Todo esto, sabiendo, que lo que realmente afianza la práctica del mindfulness y
por tanto sus beneficios es, sentarse realmente en una posición lo más estática
posible, durante un tiempo; sin interferencias externas, dejando que aparezca
en la consciencia, cualquier cosa, siempre que sea en el momento presente.
Esos momentos, son como tesoros, puesto que marcan la
diferencia entre acción o respuesta y reacción.
Cuando reaccionamos a lo que la vida nos presenta, no
nos damos ni siquiera un minuto para pensar si es algo que queremos o que no
queremos. No prestamos atención a lo que sucede en nuestro interior, que es al
fin y al cabo, la única verdad que podemos vivir.
En la reacción, se encuentran nuestros juicios de
valor y nuestras expectativas, los condicionamientos y presiones sociales, los
miedos y cualquier otra emoción no trabajada. Y después de la reacción, viene
el arrepentimiento o la culpa.
En cambio, en la acción está también nuestra consciencia
y nuestra toma de decisiones, desde el lugar más adecuado para cada un@ de
nosotr@s. Emprender una acción, supone ser consciente de nuestras emociones y
sensaciones, al tiempo que nuestros pensamientos se dirigen hacia un objetivo
claro.
La acción, desde este punto de vista, es un paso
natural de todo nuestro cuerpo. No somos legos que soportan una gran cabeza
(con unos grandes pensamientos, e ideas), sino que somos un todo – mal avenido-,
diría yo, en tanto que nos creemos que nuestros pensamientos mandan.
Al darnos esos momentos, para pararnos y observar algo
tan sencillo como la respiración,
estamos dando el tiempo que nuestro cuerpo necesita para reorganizarse en una
jerarquía más sana y adecuada para nosotr@s, donde el cerebro no ostenta todo
el poder, sino que se sitúa en su punto correcto, desde donde poder expresar su
máximo potencial.
Muchas veces, parecemos esos cubos donde se tiene que
meter cada pieza única en su hueco único, sólo que nosotros con nuestra “prodigiosa
mente”, estamos intentando meter el triángulo en el hueco del cuadrado. Cuando toda
la estructura funciona mejor y es “más perfecta”, cuando colocamos cada pieza
en su lugar.
La meditación, el Mindfulness te permite colocar cada
pieza en su lugar
La vida no es una carrera de obstáculos, donde cada
miedo, emoción, inconveniente haya que saltar evitar para seguir por un sendero
soleado.
La vida es un camino donde van apareciendo situaciones
externas e internas, personales o relacionales, etc..
Pararse, Observar y Actuar. En este orden. De
esta manera, mucho más consciente, no damos tantas vueltas; porque lo que a
simple vista, nos puede parecer un gran árbol cayendo en mitad de nuestro
camino, al acercarnos, puede ser tan sólo una rama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario